United World Project

Workshop

La historia de Javier

 
3 mayo 2020   |   , ,
 

Hoy comienza el Run4Unity, carrera que, de huso horario en huso horario, promueve la paz y la unidad de la familia humana a través de la así llamada “Regla de oro” (“Hacer a los demás lo que quisiéramos que nos hicieran a nosotros” y “No hacer a los demás lo que no quisiéramos que nos hicieran a nosotros”), expresada en los libros sagrados de las principales religiones y en los textos de sabiduría de muchas culturas. Los adolescentes para la unidad son los principales motores de la iniciativa que, este año, se hará 100% on-line. ¿Quiénes son los Chicos por la Unidad? Tipos como Javier, un muchacho de 17 años que vive en Chile, participó en un proyecto de educación ambiental vinculado a Global Goals (Metas Globales).

“He tenido siempre una relación especial con la naturaleza. A mis abuelos les gustaba la jardinería y de pequeño, cuando íbamos a visitarlos, me entretenía mucho tiempo con ellos, ayudándoles con las plantas.

En el 2017, por primera vez he sido consciente del grave daño que la humanidad está provocando al planeta. ¡Me pareció terrible! Pero, ¿qué podía hacer un adolescente como yo para cambiar esta realidad?

Luego, un día una tía me invitó a participar en un Fórum sobre desarrollo sostenible, que se habría realizado en la sede de la CEPAL (Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe). Al principio me preguntaba qué iba a hacer en medio de tantas autoridades y adultos, pero gracias a mi tía ¡me entusiasmé! Ella me decía: “¡Los adolescentes tienen que dejar huella en el territorio y asumir la responsabilidad de hacer elecciones!” Sostenía que nosotros los muchachos debíamos hacer oír nuestra voz, porque el futuro nos pertenece a nosotros y no a los adultos y que teníamos que construir la sociedad y el mundo en el que queríamos vivir. Entonces le pedí ayuda a la persona encargada de la orientación en la escuela, para involucrar a otros compañeros interesados a las problemáticas sociales y ambientales. Así fue que con otros muchachos participamos en el evento promovido por la CEPAL. Ahí descubrí los objeticos del Desarrollo Sostenible, además de las distintas acciones y organizaciones que trabajan en algunos países del mundo latinoamericano y el Caribe para alcanzar los ODS. También tuvimos la posibilidad de expresar nuestras ideas delante de todas las autoridades presentes. Particularmente me quedé muy impresionado de CONCAUSA, una iniciativa de la ONG AMÉRICA SOLIDARIA. Esta ONG trabaja para detener la pobreza infantil y CONCAUSA sostiene a los adolescentes y sus proyectos vinculados a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para ayudarlos a convertirse en actores auténticos en el cambio en y para el mundo. Nos pareció una oportunidad fantástica para realizar nuestras ideas y tratar de generar aquellos cambios que creemos necesarios para sanar la sociedad y el planeta.

Con dos compañeros de mi escuela creamos un proyecto de educación que propusimos al programa CONCAUSA, pero sin éxito. Sin embargo, viendo el interés y la sensibilidad demostrada por los muchachos de nuestra escuela sobre el tema del Desarrollo Sostenible, CONCAUSA quiso realizar con nosotros un laboratorio llamado “Azzionatori”, en el que nos enseñaron a enfrentar eficazmente las distintas problemáticas ambientales relacionadas con nuestra comunidad escolar y, a elaborar un proyecto factible.

Con mis compañeros de clase, vimos que el problema más grave en nuestra escuela se relacionaba con la basura que permanecía en el suelo, sin ninguna conciencia ni de los niños ni de los adultos. Nos propusimos enseñar cómo hacer la recolección diferenciada de desechos, para crear una cultura ecológica en todos. A este proyecto lo llamamos “ECO-EDUCACIÓN”.

Como la mayoría de la basura era principalmente en Tetra Pack, utilizamos este material para hacer “ECO-Contenedores” para recoger los desechos escolares. Usamos algunos de estos deshechos para fabricar “eco-ladrillos” que se usan en la construcción de casas. Usamos las botellas para recolectar las colillas de cigarrillos. Esta acción ha contagiado a todos en la escuela y también en la familia, tanto que incluso en muchos hogares han adoptado esta cultura del reciclaje que va más allá de la cultura del consumo y los desechos. Con “ECO-EDUCACIÓN” fuimos elegidos para representar a Chile en un Campo Continental de CONCAUSA, que se realiza cada año en nuestro país y al que participan proyectos de las Américas.

La Experiencia duró seis días y ha sido inolvidable. Conocí a muchas personas de distintos países, cada uno con una realidad y cultura distinta… pero también nos sentimos iguales, como una familia: somos una generación que lucha por un futuro más empático, más unido y solidario, donde no haya discriminación por pertenecer a una etnia, por la edad o por una idea.

Gracias a este Campo Continental, hemos aprendido a trabajar mejor en equipo, a considerar la diversidad, a no discutir lo que no sabemos directamente y a dejarnos ayudar por quien tiene más experiencia, para construir un mundo mejor, teniendo presente todos los puntos de vista.

Ahora continuamos a trabajar casi todos los días con estos jóvenes, a través de las video llamadas. Estamos trabajando en un proyecto llamado “1000 Acciones para un Cambio”, que trata de generar acciones ecológicas para mitigar la crisis climática, del cual soy el representante en mi país.

Finalmente, quiero agregar que, como adolescentes por la unidad de Chile, en los últimos dos años, hemos adicionado los problemas ambientales a nuestros campamentos de verano e invierno, con talleres para enseñar a los niños cómo reciclar y cómo hacer contenedores ECO, y también ideas sobre cómo detener la cultura del descarte y transmitir nuestros conocimientos a los más pequeños».


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