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Workshop

¡Niños y… ciudadanos!

 
29 julio 2020   |   , #daretocare,
 

En Portugal siembran árboles para reforestar los bosques que se quemaron en los terribles incendios del 2018; en Italia, colaboran con la Comunidad de San Egidio para ofrecer comidas a los que no tienen techo; en el Estado de San Pablo, en Brasil, organizan la “Feria del intercambio de juguetes”; En Burkina Faso, ayudan a coser los tapabocas anti-Covid. Esto y mucho más en los proyectos de ciudadanía activa promovida por los niños de los Focolares, los gen 4.

¿Pueden los niños contribuir en la construcción de una ciudad y de una sociedad distinta? Francesco Tonucci, pedagogo e investigador el CNR Italia (Consejo Nacional de Investigaciones), desde 1966 y creador del proyecto internacional “La ciudad de los niños”, cree que sí. Según Tonucci es necesario repensar las ciudades adecuadas para los niños y no para el adulto que se desplaza en automóvil para ir al trabajo. Los niños, con sus innovadoras ideas, sus propuestas, pueden desempeñar un rol activo en el proceso de cambio, en el gobierno y en la planificación de la ciudad y se su espacio urbano.

Una ciudad adecuada para niños y niñas es una ciudad que es buena para todos
Francesco Tonucci

También el proyecto “Niños Ciudadanos” que participa en la campaña #daretocare, quiere valorar el rol de los niños haciéndolos protagonistas, ayudándoles a desarrollar habilidades de tipo social, dándoles plena dignidad al interno de la sociedad en la que se encuentran.

Es un proyecto promovido por los Centros gen 4 del Movimiento de los Focolares, y dirigido a niños y a educadores, para la participación activa de niños de 4 a 9 años en la realización de iniciativas en favor de la pro-socialidad, la ciudadanía activa, el bien común y el respeto por la naturaleza. Explica Milene Benjamin de los Centro gen4: «Los gen4 son las niñas y los niños (de 4 a 9 años) del Movimiento de los Focolares. Viven en unos 180 países distintos. Ellos acogen y viven la espiritualidad de la unidad nacida de Chiara Lubich, viven el amor por los demás que los lleva a donarse cotidianamente, a comprometerse a vivir por un mundo más unido y a difundir los valores de la paz y la fraternidad universal. En las actividades de los gen4 participan niños de diferentes Iglesias y comunidades eclesiales, también niños de varias religiones o de convicciones no religiosas». Es a partir de esta experiencia que han nacido acciones e iniciativas promovidas por los niños y dirigidas al diálogo, en el reconocimiento y respeto de las diferentes identidades, al cuidado del ambiente y de la naturaleza, a la ayuda de los desfavorecidos, al compromiso para sanar las heridas sociales de la propia ciudad. Por ejemplo….

En Portugal

En el 2018, un grupito de amigos del área de Carvalhal de Vermilhas fue tristemente testigo de los incendios que destruyeron los bosques de su bellísimo territorio. Pero su tristeza, rápidamente se ha transformado en acción. Los niños decidieron sembrar nuevos árboles, en las laderas de la montaña, eligiendo robles más robustos. Explicaron: «¡Así cuando seremos grandes, estos robles habrán crecido con nosotros!». Con un volante invitaron a todos, grandes y pequeños, padres y amigos, a que los ayudaran. Cuando terminaron el trabajo, pusieron a un lado las botas y los guantes de jardineros y, todos juntos, hicieron un gran picnic, con juegos y mucha diversión. El siguiente año volvieron para ver si los árboles estaban creciendo y sembraron otros. Este año, por la pandemia, desafortunadamente no pudieron volver… pero con alegría, a través de una asociación local, recibieron fotos de ¡los robles ya crecidos!

En Burkina Faso

En este país de África occidental, durante la pandemia, los gen 4 junto con sus familias, se comprometieron a coser las mascarillas protectoras que luego donaron a quienes la necesitaban.

En Brasil

Los gen4 del Estado de San Paolo son promotores de la “Feria del intercambio de juguetes”, que en esta ocasión se realiza con motivo de la Jornada Universal del Niño. Cada niño que participa en la feria lleva consigo sus juguetes para intercambiarlos con el propósito de llevar a casa solo uno, mientras que los demás, van a los niños más pobres. Los más pequeños son los primeros en elegir los juguetes. La finalidad de esta actividad es combatir el consumismo, ayudar a las familias a ahorrar y ayudar a la naturaleza recuperando los juegos.

En Italia

Los gen 4 de Pescara y de Chieti, junto con sus familias han colaborado con la Comunidad de San Egidio en la distribución de productos alimenticios a los que no tienen techo de la ciudad. Durante una semana, cada familia se comprometió a preparar la cena para 5 personas: sándwich, fruta, agua y un dulce con una tarjeta donde cada niño expresaba todo su amor. Los voluntarios de la Comunidad de San Egidio cuentan: «Algunas personas que han recibido los emparedados quedaron impactadas con este gesto de amistad, sobre todo porque procedía de familias y de niños. Por ejemplo, un hombre un poco reservado que recibió una bolsa que no tenía la tarjeta, poco a poco nos preguntó cómo podía recibirla. La tomamos de otra bolsa y él estaba muy contento aun si no lo quería demostrar. O también, otro muchacho amablemente rechazó la bolsa de comida, cuando le dijimos que el sándwich había sido hecho por niños, leyó el mensaje y comió enseguida, compartiendo el sándwich con un amigo». La familia de un gen4 que había recibido un bono de dinero por el Covid, después de esta experiencia decidió donarlo para ayudar a las familias pobres inmigrantes.

Es de estas y otras experiencias en el campo, que tienen como protagonistas a los niños, sostenidos por los adultos, que nace la idea del proyecto “Niños ciudadanos”. Pequeñísimas acciones pro-sociales que generan reciprocidad, el dar, el cuidado, el cuidado del ambiente y de la ciudad, de las relaciones entre coetáneos de distintas culturas y religiones, para la promoción de la paz. «Con este proyecto, quisiéramos dar siempre más espacio a los niños para que ellos puedan expresarse, mirar a su alrededor y decir cómo quisieran la sociedad. Y son necesarios adultos capaces de escuchar esta “mirada” de los niños -explica Carina Rossa (LUMSA- Scuola di Alta Formazione EIS) que tiene confiada la coordinación científica del Proyecto “Niños Ciudadanos”- Los niños tienen un idioma diferente: tienen las metáforas, usan la fantasía… Hay una gran variedad en la propuesta que hacen, aún si a los ojos del adulto puede parecer fantasiosa, pero ¡las ideas innovativas vienen siempre de ahí! Tienen siempre la mirada hacia el futuro y hacia lo nuevo, una mirada que, me parece, que la sociedad tiene que recuperar».


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