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Takitha Kum: hermanas contra la trata

 
5 febrero 2021   |   , ,
 

El próximo 8 de febrero se realizará una maratón mundial de oración online contra la trata de personas, con reflexiones y testimonios de las diferentes realidades comprometidas en el mundo contra esta plaga. La hermana Gabriella Bottani es la coordinadora de Talitha Kum, la red de las superioras generales contra la trata de personas, promotora del evento. En sus palabras, el sentido del compromiso para erradicar esta plaga social.

“Niña, a ti te digo, levántate” (Mc.5, 41) se lee en el Evangelio de Marcos. Es Jesús quien habla, dirigiéndose a la hija de Jairo, uno de los jefes de la sinagoga de Cafarnaúm. La niña ya estaba sin vida, pero tan pronto como dijo estas palabras, se levantó y comenzó a caminar. “Talitha Kum”, pronuncia Jesús en su mismo idioma, el arameo. Y es precisamente esta expresión que habla del poder transformante del amor, la que da el nombre a la red mundial de la vida consagrada comprometida, desde el 2009, contra la trata de personas y el acompañamiento de las víctimas. «Talitha Kum nace de la idea de unir fuerzas a partir de una relación de confianza que, como religiosas, hemos construido en estos años -explica la hermana Gabriella Bottani, coordinadora internacional de la red- es un trabajo para promover la colaboración para afrontar aquella que es una de las más graves violaciones de los derechos humanos de nuestro tiempo».

La hermana Gabriella Bottani es una misionera comboniana que ha conocido de primera mano los efectos de la trata cuando se encontraba en Brasil, donde realizó un servicio de prevención y acompañamiento a niños y adolescentes que habían sufrido abuso o explotación sexual. «Me gusta decir que no somos nosotros quienes nos acercamos a ellos -especifica- el nuestro es un largo viaje, durante el cual es necesario despojarnos de tantas cosas para podernos acercar a aquella que es una de las partes más sagradas de nuestro ser, que es el dolor que vivimos. Se necesita un largo camino interior para no entrar como un elefante en una cristalería, para no romper algo que ya es muy frágil. Por esto, a menudo son ellos los que vienen a nuestro encuentro».

Pero, ¿cuál es la base del vínculo de cercanía y acompañamiento de las religiosas y consagradas con las personas que han sufrido esta violación a su dignidad?

«Seguramente hay un llamado -aclara la hermana Botanni- un llamado de un Dios que ve y ve a través de nuestros ojos, se apasiona a través de nuestros corazones, cuida a través de nuestras manos. Creo que lo que nos une es el encuentro en Dios en el cuidado, en el acompañamiento de bellos procesos de rescate que también son muy dolorosos. Igualmente es un rol que denuncia esta grave violación de la dignidad y profunda limitación de la libertad con fines de explotación, que está dentro de un contexto económico que destruye».

Un problema muy vasto y oculto

Es difícil dar las dimensiones de este fenómeno que, en gran parte está oculto. Según las estimaciones, la mayoría de las víctimas son mujeres y niños que son objeto de trata sobre todo para la explotación sexual. Es una de las actividades criminales más rentables, como el tráfico de drogas y de armas. «Así mismo, las mujeres son víctimas de tráfico para trabajos domésticos en condiciones semejantes a la esclavitud, el cuidado de personas en necesidad y para servicios del tercer sector: limpieza, hotelería, masajes… Encontramos algunas mujeres en la agricultura, aunque si en su mayoría son hombres, pero, para la cosecha del té, en algunas regiones, son casi exclusivamente mujeres. Después tenemos también todo el tema de la explotación para la construcción, en los textiles, en la fabricación de ladrillos, en el cultivo de camarones en bosques de manglares, en el sudeste asiático, o en las minas de oro de Ghana o en la industria pesquera en barcos pescadores» precisa la hermana Gabriella.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), hay alrededor de 21 millones de personas en el mundo, víctimas de la trata de personas. Cada año se trafica entre 700.000 y 2.000.000 millones de personas, la mayor parte de ellas son originarias de Asia. «Estas personas son reclutadas entre aquellas que tienen difícil acceso al trabajo, que provienen de contextos empobrecidos o que han sufrido un impacto de destrucción ambiental y otros fenómenos, como el abandono de tierras. Por tanto, decimos que la explotación de las tierras y la explotación humana están relacionadas. Normalmente, las áreas de explotación son, sin embargo, aquellas en las que existe una mayor necesidad de mano de obra barata. Y sabemos que algunas realidades, como la definición de los precios de las grandes multinacionales agrícolas, conducen en cascada, a motivar cada vez más una reducción de costos laborales». La hermana Gabriella también explica que no tenemos que pensar a un tráfico necesariamente internacional, por ejemplo, de África a Europa, sino que puede ser también un fenómeno interno, nacional. «Lo que no debemos olvidar nunca -afirma- es que detrás de cada número, detrás de cada estadística, antes que nada, tenemos una vida, tenemos sueños, deseos y relaciones que se destruyen por finalidades de lucro. Son nombres, son personas».

Un difícil camino de renacimiento

¿Cómo acompañas a una persona que es víctima de trata en un camino para recuperar su dignidad y su humanidad? La hermana Gabriella explica que a menudo la explotación está tan “normalizada” por las víctimas, que no son capaces de reconocer la gravedad de su propia explotación, porque es la única forma de no morir de pobreza. Sin embargo, cuando se logra encontrar la fuerza para denunciar, al inicio, lo más importante es sentirse seguro: «Saber que se tiene algo para comer, que se cuenta con un lugar donde dormir, un espacio protegido donde la persona puede retomar contacto consigo misma. Tener un pijama limpio, sábanas limpias que te esperan en una cama: todo eso que nosotros damos por descontado pero que no es así para todos. Recuperar los puntos básicos de respeto de nuestro cuerpo y tener un espacio para nutrirnos. Luego, para quien lo logra, y no ha sufrido traumas, volver a hacer las cosas normales. Los que sean jóvenes, volverán a la escuela, los que puedan realizar actividades, se involucrarán en aquello que se llama “terapia ocupacional” … Es todo un recorrido de control, de acompañamiento de la salud física y mental, de acompañamiento psicosocial de reelaboración del trauma y reconstruir la propia vida. Hasta llegar a encontrar un trabajo que sea digno, que le permita sobrevivir, que le permita a la persona una plena reintegración en la sociedad». Sin embargo, queda la “compensación”: ¿Quién compensa el daño económico recibido por las víctimas de la trata? «En el 2019, sobre 2154 víctimas estimadas de trata, sólo una llegó al juicio de un traficante, -dice la hermana Gabriella- es decir parece que en la cuestión de la trata, nadie es responsable. A mí, más que del castigo, me gusta hablar de responsabilidad, porque debemos aprender a responsabilizarnos de los actos que hacemos, de toda la cadena de explotación: desde quienes los que reclutan, hasta quienes usan de la explotación. Por tanto, existen procesos que debemos hacer sobre las responsabilidades individuales, pero como nos invita a hacer la Jornada Mundial de Oración de este año – y La economía de Francesco también nos invitó a hacer – debemos pensar en la dinámica estructural que fundamenten las bases para la sistematización de la explotación, donde algunas personas, muchas, porque hablamos de millones, se encuentran oprimidas por estar encajadas en un sistema que en realidad, también es una tortura».

Una jornada de oración y sensibilización contra la trata

De aquí, una jornada como la del 8 de febrero, de sensibilización y oración.  «Como cristianos, pero cada vez se unen más personas de otras religiones. Por ejemplo, un monje budista también participará en el grupo de Japón: la oración es importante, no podemos separar la oración de la acción, sostiene la esperanza. La oración debe dar lugar a pensamientos que luego se convierten en acciones. Este año proponemos como tema: “Una economía sin trata”. Para ser conscientes, más allá de la violencia, del drama, de los marcos, los contornos y razones más profundas de este fenómeno».

Entonces, la cita es para todos, el 8 de febrero del 2021. Para participar es suficiente visitar la página web: https://preghieracontrotratta.org/ donde pueden encontrar información y materiales para la oración en italiano, inglés, francés, español y portugués, al igual que el link para seguir el maratón mundial a través de YouTube https://www.youtube.com/c/preghieracontrotratta.

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