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Amor y tiempo

 
14 abril 2023   |   , ,
 

Dos películas muy diferentes, una china y otra italiana, nos recuerdan la potencia del amor y su poder salvífico, pero también cómo es necesario dedicar tiempo y cuidado al amor mismo, para mantenerlo vivo y no correr el riesgo de que se debilite hasta apagarse.

¿Qué es el amor? Podría ser, por ejemplo, la fertilidad que Youtie y Guijng construyen juntos. Youtie y Guijng son dos campesinos, dos personas frágiles y solitarias. Ya no son jóvenes y son poco considerados por los habitantes de su pueblo.

Dos vidas desafortunadas, pero juntos transforman su condición en frutos buenos. Una vez vecinos cercanos, llenan de sentido las propias existencias hasta aquellos momentos vacíos, sin color. En la comunidad en la que viven, en una zona rural de China, se encuentran involucrados en un matrimonio arreglado, pero lo modelan en una unión verdadera, con sentido auténtico, con gestos y pensamientos sinceros y hasta poéticos.

La película que los presenta es la bella “Tierra y polvo”, del director chino Li Ruijun. Fue presentada en el Festival de Berlín en 2022 y en las salas de cine italianas desde el 30 de marzo pasado. Las jornadas de Youtie y Guijing se convierten en un crescendo amoroso compuesto de ternura mutua, que ponen en el trabajo del campo y en la tranquilidad doméstica todos los días.

Youtie y Guijing renacen juntos: su precariedad física e interior se transforma en fuerza y belleza gracias al milagro del amor. Las viejas heridas, las frustraciones, las sutiles humillaciones recibidas anteriormente se transforman en herramientas del alma con las que la pareja construye, literal y simbólicamente, un nuevo hogar en el vacío. Lo levantan con el duro trabajo de las manos y con el grato trabajo del corazón, con su poderosa unidad.

Youtie y Guiyng nos hablan de un amor sano, silencioso y salvífico en el contexto de un país que está cambiando, nos muestran un sentimiento delicado al que se dedica todo el tiempo disponible.

Hablan de una relación que rima con el don de sí mismo al otro, con el deseo de su libertad, con el apoyo continuo a su felicidad. Es un amor sinónimo de ese “cuidado” que se convierte en la palabra clave de otra película reciente sobre el tema del amor y el tiempo que pide a cambio. La película es italiana aunque está basada en una película australiana titulada Long story short, de Josh Lawson, de 2021. Se llama “Ya era hora”, se presentó en el Festival de Cine de Roma en 2022 y se puede encontrar en Neflix, donde rápidamente se convirtió en la película en idioma no inglés más popular de la plataforma.

Dirigida por Alessandro Aronadio, la película cuenta la historia de una pareja: Dante, interpretado por Edoardo Leo, y Alice, por la siempre estupenda Barbara Ronchi. Su amor es dulce, verdadero y fuerte. Solo que Dante corre mucho: tropieza continuamente, da todo sí mismo al trabajo y, en la fiesta de su cumpleaños, organizada por Alice, llega tarde, perdiéndose un trozo de vida bella, vida verdadera. La mañana siguiente Dante se despierta de nuevo y de nuevo es su cumpleaños, pero el de un año después. Así sucede continuamente: siempre es el día de su nacimiento y siempre del año sucesivo. Bloqueado por este absurdo bucle temporal, el protagonista se convierte en un espectador amargado e impotente del crecimiento de su hija y la decadencia de su relación amorosa con Alice. Al principio, el desmoronamiento de la relación le parece carente de sentido lógico: Dante no puede comprender cómo su idilio puede hundirse cada vez más cada año, pero poco a poco comprende que su ansiedad por la carrera y la tendencia a llenar el tiempo a su disposición, son la causa de su crisis sentimental, su profunda soledad y su consecuente tristeza.

Son sentimientos dolorosos, los vividos por Dante, pero a través de ellos toma conciencia de lo importante que es cuidar los afectos y en general todo vínculo humano, antes que nada. En su sencillez, esta melancólica comedia existencial nos habla de un peligro generalizado en nuestro presente: el de abandonar fácilmente el cuidado de las relaciones humanas para satisfacer la necesidad de seguridad, autoafirmación y orgullo que habita, de forma más o menos sutil, en cada uno de nosotros, a lo mejor por antiguas heridas que llevamos dentro.

“Ya era hora” nos recuerda al mismo tiempo que, para tener viva a la pareja, hay que alimentarla, no sacrificarla en nombre del narcisismo y el egoísmo. El trabajo puede convertirse en esta tentación y si no se vive en esta conciencia puede quitar tiempo, y por tanto cuidado, a la relación con los demás, ya sea de amor o de amistad. Porque a la larga, lo sabemos, es la relación la que nos hace más auténticos y felices con respecto al logro de posibles objetivos profesionales: las dos películas lo dicen claramente, pero mientras Dante lo aprende a las malas, a Youtie y Guijng los encontramos ya conscientes del don insustituible del amor.


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