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Toumany y la atención hacia los demás

 
18 diciembre 2020   |   , ,
 
Por Michela Micocci – Publicado el 21/10 en Fare Sistema Oltre L’accoglienza

Hoy les contamos la historia de Toumany: tenía solo 16 años cuando entro en la Casa di Ismaele, en el 2017. Ha recorrido un largo camino: alcanzó la mayoría de edad, estudia, trabaja y ha adquirido cada vez más autonomía. Sin embargo, lo más importante es otra cosa, es su carácter: amable, sonriente, puntual, siempre disponible para los demás. Todo ello gracias al proyecto “Fare Sistema oltre l’accoglienza” (Crear sistema más allá de la acogida) que es una verdadera red nacional formada por familias, empresas, asociaciones e instituciones. Está promovida por AMU, AFN Onlus y Cooperativa Foco, apoyada por algunos socios, con la idea de interactuar, cooperar y facilitar la inclusión de los más débiles al interno de nuestra sociedad. Con la idea que la inclusión sea una experiencia de reciprocidad en la cual todos estamos llamados a participar.

Todo el mundo solo dice cosas buenas de Toumany. “Es un tipo puntual, respetuoso, es una persona especial”, dice Emanuela Gabriele exasistente social de la Casa de Ismaele. “De pocas palabras, amable, sonriente, capaz” lo describe el mediador Alfousaney. “Nunca ha dicho una palabra fuera de lugar”. Confirma Francisco Altomare que trabaja en la administración de Casa de Ismaele. En fin, Toumany se ha ganado el aprecio de todos.

Hace tres años llegó a Italia, en el 2017, a los dieciséis años. Su país de origen es Senegal. La historia de su viaje es semejante a la de muchos, con la difícil y dolorosa travesía del Mar Mediterráneo, el desembarque en las costas y la desorientación por la nueva situación. Es uno de los primeros chicos que entra en la Casa de Ismaele en Rogliano. La instalación fue inaugurada el 30 de junio del 2017 precisamente para hacer frente a la emergencia de los desembarques en Calabria. “Fuimos a Corigliano para llevarnos este grupo de quince menores extranjeros que llegaban solos” recuerda Francisco Altomare. Corigliano Calabro. En aquel periodo Corigliano Calabro era una de las metas de los contrabandistas. “Cuando llegó, estaba muy cansado del viaje, de su encerramiento, pero entendió de inmediato, de que estaba exactamente donde quería, en el lugar correcto. Confió en nosotros”. Recuerda Emanuela, la exasistente social. Toumany se ambientó enseguida en la nueva casa y se puso a disposición para los proyectos y las iniciativas que se le propusieron. Comenzando por la escuela que frecuenta con entusiasmo: “Cuando iba a clase usaba la chaqueta por el respeto que sentía por la institución”. Hablaba un poco de francés y podía escribir en ese idioma porque fue a la escuela en Senegal.

Se siente bien en Casa Ismaele. Emanuela dice que siempre ha tenido mil atenciones hacia los demás: “Cuando quedé embarazada, estaba a mi lado y me ayudaba cuando podía: me llevaba el bolso, me acomodaba la silla. Es un muchacho que queda en el corazón”. Esta atención hacia los demás no la ha perdido. Todos los días, cuando regresa del trabajo, se ducha, prepara una taza de té, con “mucho limón” y lo lleva al escritorio de Francesco Altomare. Nunca se le olvida. Es una pequeña costumbre cotidiana que demuestra el afecto y la amabilidad. También con los recién llegados no se escatima, los apoya por ejemplo en los turnos de cocina, trata de mediar cuando alguno se pone intolerante: “tiene un gran respeto por la familia, por los afectos, de quienes lo ayudan”, agrega Emanuela.

Un pequeño sueño de la vida de Toumany ya se está haciendo realidad gracias al programa de “Fare Sistema Oltre l’Accoglienza”: el trabajo. Primero una pasantía y luego un contrato a tiempo fijo en la Lechería Presila, una empresa familiar de la provincia de Cosenza dirigida por Francesco Catalano que tiene treinta años: “Nuestro objetivo no era sólo tenerlo como pasante. Inmediatamente dijimos que lo queríamos formar para que se quede y trabaje con nosotros. Así, poco a poco, Toumanu creció profesionalmente. Y a pesar de todos los problemas económicos relacionados con el Covid, esperamos hacerle un contrato indefinido”. Ha demostrado ser una persona precisa en el trabajo. A lo mejor, un poco tímido, pero está contento de lo que hace. “Ahora que está más formado, toma iniciativas. Espero que suba de nivel”. La lechería Presila tenía tres empleados, ahora -gracias también al empeño de Francesco- en la empresa trabajan once. “Es una carga de responsabilidad que yo he querido”.

“Vivir de manera autónoma para conducir una existencia digna sin tener que depender de los demás” es el objetivo de Toumany, confirma el mediador Alfousaney, quien sabe bien cuáles y cuántos prejuicios tiene que combatir un migrante: “Nosotros solo queremos construir un futuro mejor: ¿qué crimen es? Los nacidos aquí tienen suerte. ¿Qué necesidad hay de ir a otro lugar si se está bien donde has nacido? ¿Quién es que sacrifica su vida para irse si no es necesario?”.

A Toumany, le gustaría regresar a Senegal para visitar a su familia que dejó en el 2017 y a sus sobrinos gemelos a quienes nunca conoció y sólo ha visto en videollamadas. Aquí en Italia también está dispuesto a empezar una vida más independiente. Está continuando el proceso de alfabetización con un curso a distancia dictado por la Cooperativa Fo.Co. tratando de conciliar el estudio y el trabajo. En los tres años de permanencia en Casa de Ismaele, ha crecido, logra es capaz de manejar muchos compromisos y tareas por sí mismo. “Podría hacer muchas cosas” sostiene Francesco Altomare “pero él siempre dice que está feliz así”.

Da largos paseos en bicicleta, Toumany, juega futbol, va a Cosenza para visitar a sus amigos: eso de la amistad es un sentimiento que valora mucho. El verano pasado, con gran alegría, visitó a su amigo Kolly, que, por trabajo, está lejos. El gusta el mar, pero todavía no se atreve a meterse donde el agua está alta, “tal vez tiene miedo, le recuerda la travesía del Mediterraneo”, especula Francesco. Una de las frases más bellas sobre Toumany, la pronuncia Emanuela, ex asistente social: “Tiene un alma noble, algo que ya no se encuentra más en las personas”.

Lee el artículo original en italiano en la página web “Fare Sistema oltre l’Accoglienza”.


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