United World Project

Workshop

Rusos y ucranianos en Rondine, la ciudadela de la paz

 
13 enero 2023   |   , ,
 

Tres pares de “enemigos” del frente ruso-ucraniano que, con valentía, aceptaron el desafío de entrar en un camino de confrontación con el otro bando. Un total de doce jóvenes “enemigos” que en diciembre de 2022 se incorporaron a la Casa Mundial de Rondine Ciudadela de la Paz, en Italia, y que comienzan a vivir y estudiar juntos desde hace dos años.

Salomón y Jean vienen de Mali, ensombrecida por una guerra de diez años. De Tierra Santa llegan Malak y Aula, palestinos y Heli y Shira, israelíes. Luego están Sabina, Aleksandra y Ilia, rusas. Mientras que Olekandra, Valeriia y Kateryna son ucranianas. Después de los primeros tres meses de evaluación, ellos son los 12 nuevos “enemigos” que entraron a hacer parte de la Casa Mundial de Rondine, la Ciudadela de la Paz cerca de Arezzo, Italia. Un lugar donde se promueve la transformación creativa de los conflictos a través de la experiencia y la educación, aprendiendo a descubrir la persona en el enemigo.

Durante dos años, los recién llegados vivirán y estudiarán juntos en un pueblo toscano, en un proceso de formación y debate que les llevará a convertirse en futuros embajadores y líderes de paz, para regresar luego a sus propios países y contribuir a la resolución de conflictos en sus tierras. Pero primero, aprenderán a practicar el “Método de la Deglución” para la transformación creativa de conflictos. Lo experimentarán y lo practicarán en la vida cotidiana, poniéndose en juego para ir más allá de los prejuicios y razones que separan a los pueblos en conflicto, deconstruyendo, día a día, la idea del enemigo.

Los recién llegados se sumaron a otros 11 en Rondine desde ya hace un año, además de los 10 participantes en el proyecto Frontera Mediterránea de Paz. En total, treinta y tres jóvenes de varias partes del mundo que animan la Ciudadela, junto a los 31 estudiantes de 17 años del Cuarto Año Rondine de toda Italia.

Encuentro entre recién llegados

Sabina ha 28 anni, è originaria della città di Samara, sul Volga, dove si è occupata di rifugiati. È stata la prima russa ad arrivare e ha trascorso le sue prime ore a Rondine con le ragazze ucraine. «Sono loro grata perché hanno parlato in russo per rendermi la conversazione più facile. – racconta – Questo piccolo gesto è stato molto toccante per me. E, nonostante, la situazione in Ucraina, vedo che mi trattano come una persona e non come un nemico». E confida: «Sono qui per ricucire le relazioni tra ucraini e russi, e mostrare che prima di tutto siamo persone che possono avere relazioni umane». Dello stesso parere è Olekandra, nata e cresciuta a Kharkiv: «Credo fermamente che la nostra presenza qui sia cruciale, perché è un primo passo che può segnare un percorso per le generazioni a seguire. Anche se è difficile, perché significa avere una guerra nella mia patria».

Cada primer encuentro con el otro, el “enemigo”, es único. «Con Aleksandra -cuanta Valeriia que llega de la provincia de Kyiv y es especializada en el campo de la economía y de gestión internacional- nos hemos estrechado la mano por primera vez en el automóvil mientras íbamos al supermercado. Después de pocos días en Rondine, me enfermé y tuve que estar en aislamiento y ella me ha llevado mis galletas preferidas, las mismas que habíamos comido juntas aquel día. Su preocupación por los demás, tanto si eres enemigo como tu mejor amigo, ¡me ha impresionado muchísimo!». Aleksandra, de la República de Karelia, al norte de Rusia, ha estudiado publicidad, relaciones públicas y chino en San Petersburgo. Cuenta que Rondine llegó a su vida como respuesta a la necesidad de contribuir en la construcción de la justicia social en el mundo, aun si no ha sido una elección fácil. «En algún momento -afirma- tu familia podría no estar de acuerdo contigo. Pero no tengo que convencerlos, pelear. Es importante encontrar a alguien que pueda ser apoyo cuando parece que el mundo está por desmoronarse».

Un poco diferente fue el encuentro entre Kateryna, oriunda de Kiev, con Ilia, una joven de 25 años originaria de Siberia. «Cuando mi “enemigo”, Ilia y yo nos encontramos por primera vez, me tendió la mano y yo, inconscientemente, escondí la mía. Ilia entonces me la extendió nuevamente y yo, con miedo e incertidumbre en mis ojos, finalmente extendí la mía. En ese momento, comencé a buscar la paz en mi corazón, la oportunidad de redescubrir mi verdadero yo. Espero que Rondine se convierta en un lugar para encontrar o construir mi camino personal de perdón y reconciliación, que luego compartiré con mis compatriotas después de la guerra». Ilia, por su parte, quiere mirar más allá de la guerra hacia el futuro. «Todos los conflictos y guerras son únicos, pero todos tienen algo en común: terminan. Por eso es importante pensar en lo que sucederá a continuación y cómo podemos vivir todos juntos».

¿Qué es Rondine?

El pueblo de Rondine se encuentra en la orilla derecha del río Arno, a pocos kilómetros de Arezzo. Forma parte de la Reserva Natural Ponte Buriano, el puente pintado por Leonardo da Vinci detrás de la Mona Lisa. Este lugar, antiguamente puesto defensivo de Arezzo en las guerras contra Florencia, fue confiado en 1977 por Telesforo Cioli, entonces obispo de Arezzo, a unos jóvenes. Así nació la “Comunidad de Rondine” que, inspirada en el pensamiento y los valores de Giorgio La Pira y Don Lorenzo Milani, se compromete con la reconstrucción del pequeño pueblo, que se convierte en lugar de hospitalidad y diálogo para jóvenes y familias. En 1988, Franco Vaccari y el grupo de los fundadores de Rondine deciden enviar una carta a Raissa Gorbačëva para intentar abrir un canal de comunicación con la Unión Soviética, superando la lógica de la oposición de la Guerra Fría. La primera dama soviética responde, invitándolos a Moscú. El viaje marca el inicio de las relaciones con ese país y un primer paso en la diplomacia de base. En 1995, se solicitó la mediación de los fundadores de Rondine para facilitar una tregua durante la guerra en Chechenia. Al final del conflicto, el rector de la Universidad de Groznyi le pide a Rondine que acoja a unos jóvenes chechenos para que puedan completar sus estudios. A ellos se unen sus coetáneos rusos: es el inicio de un Estudiantado Internacional -La World House- que desde entonces acoge a jóvenes provenientes de países en guerra y “los ayuda a descubrir la persona en el propio enemigo, a través de un trabajo, delicado y fatigoso, pero también sorprendente, de convivencia cotidiana”.

Mira la entrevista con Franco Vaccari, fundador de Rondine

 


SHARE: