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La memoria en los derechos humanos: «Aún Estoy Aquí», de Walter Salles

 
7 marzo 2025   |   Brasil, Justicia y Derechos Humanos,
 
Ainda Estou Aqui - Eunice Paiva (Fernanda Torres) | Divulgação | Cortesia BIM Films
Ainda Estou Aqui – Eunice (Fernanda Torres) | Divulgação | Cortesia BIM Films

La poderosa película del director brasileño viaja al pasado de una familia y una nación, Brasil, para relatar las violaciones de derechos humanos de los regímenes políticos dictadores, desde la perspectiva de Eunice, esposa del desaparecido Rubens Paiva. Película vencedora del Oscar como Mejor Película International 2025.

Es una película sobre derechos humanos, “Ainda Estou Aqui” (Aún Estoy Aquí). Sobre los derechos negados, pisoteados, y sobre las consecuencias de esta violación sobre la gente común. Personas enamoradas, sentimentalmente, emocionalmente ligadas a aquel a quien se le ha robado, con extrema violencia, el primero de todos los derechos humanos: la vida.

Es un trabajo sobre la memoria de la brutalidad llevada a cabo por la dictadura militar en Brasil en las décadas de 1960, 1970 y 1980, la hermosa película del brasileño Walter Salles, ganadora del Oscar a la mejor película internacional 2025.

A través de este doloroso momento histórico, la película denuncia las dictaduras de todos los tiempos y espacios: aquellos regímenes que arrebatan la libertad a los seres humanos. Libertad de expresión, política, artística y afectiva.

Dictaduras que niegan la humanidad misma, trayendo sufrimiento, injusticia, falta de diálogo y muerte.

Ainda Estou Aqui cuenta la historia real de Rubens Paiva: un ingeniero brasileño y diputado laborista alejado de la política desde 1964, pero que fue capturado durante las vacaciones de Navidad de 1970, en Río de Janeiro: en su casa, ante los ojos de su esposa Eunice, magistralmente interpretada por Fernanda Torres (que ganó un Globo de Oro por esta película).

Ella, madre de cinco hijos, se convierte en la protagonista de esta conmovedora obra, basada en el libro homónimo de Marcelo Rubens Paiva (uno de los hijos del matrimonio) y rodada mayoritariamente en interiores, a pesar de la belleza de la playa de Copacabana y su mar, frente a la casa donde inicialmente dominan el amor y la vitalidad, la sociabilidad y la alegría, pero donde, un día, irrumpe la injusticia extrema y la opresión, y todo cambia. Cae una densa oscuridad.

La obra de Salles se mueve hasta nuestros días, sin olvidar un pasado nunca suficientemente cerrado, nunca completamente domesticado e inofensivo. Ese tiempo abstracto, apátrida, que hay que tener presente para mantenerlo lejos, a una distancia segura, incluso con el arte, con las palabras y las imágenes, con el cine que no apaga la luz, ni el corazón ni el cerebro.

Todavía estoy aquí es una película construida enteramente sobre el sentimiento de pérdida y sobre la batalla civil y moral de una mujer profundamente afectada pero no resignada.

Una mujer que lucha para evitar que el silencio y el olvido caigan sobre la desaparición de su marido: uno de los tantos desaparecidos brasileños (y no sólo) que la Historia nos cuenta trágicamente.

Eunice es dominada primero por el miedo, luego por la angustia y el sufrimiento físico y mental por la negación de su dignidad, cuando ella misma (junto con su segunda hija) es retenida durante días en las celdas militares.

Finalmente, es atacada por un dolor constante, insuperable, circundante, que sólo su compromiso con la búsqueda de la verdad (que llegará recién en 1996) y la defensa de los derechos humanos de los más frágiles (junto con el amor a sus hijos) harán soportable.

Todo lo vivirá con fuerza, esta mujer llena de miradas comunicativas, convirtiéndose en símbolo y megáfono (junto con la propia casa) de una realidad vivida por un número inaceptable de personas en el mundo, ayer y hoy, así como por pueblos oprimidos sobre los que todos debemos mantener viva la atención y el recuerdo.

Eunice Paiva pudo graduarse en Derecho a los 48 años, construyendo, además de sus heridas nunca cicatrizadas, una profesión de profesora universitaria.

Combinó su vida privada con el sufrimiento de los demás, trabajando por los derechos de los pueblos indígenas de la Amazonía, sin dejar nunca de luchar por asociar la palabra justicia a la trágica historia de su marido. A su asesinato.

Fue una mujer excepcional, a la que esta película rinde merecido homenaje.


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