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El buque escuela Bel Espoir navega por el Mediterráneo con 200 jóvenes para promover el diálogo y la paz

Mar, jóvenes, puertos y navegación. Más de 240 días en el Mediterráneo. 30 atraques, 200 jóvenes de diferentes culturas, lenguas y etnias, todos juntos por la paz.
El buque escuela Bel Espoir zarpó el pasado marzo del puerto de Barcelona. Navega por las cinco orillas del mar que une Europa y África para contribuir a la cuestión más urgente del presente y de la humanidad: el cese de todas las guerras. Lo hará hasta octubre, acogiendo a un total de ocho grupos a bordo, cada uno compuesto por 25 jóvenes de diferentes nacionalidades, culturas y religiones.
La importancia del diálogo y el conocimiento
Los jóvenes del buque escuela Bel Espoir comparten el deseo de trabajar por un mundo mejor. Lo hacen con la herramienta y el valor del conocimiento, mediante el diálogo, a través del cual cada uno comparte su propia experiencia vital. En este valioso viaje se abordan diversos temas, que también incluyen a jóvenes embajadores de la paz de Living Peace y el Movimiento de los Focolares.
Diálogo entre culturas, educación y sociedad, mujeres del Mediterráneo, religiones en diálogo, medio ambiente y desarrollo, desafíos migratorios, cristianismo oriental y occidental, y construcción de la paz: estos son los temas abordados en las distintas etapas de estos ocho meses en el mar.
Testimonio de Bertha
Entre los numerosos jóvenes que embarcaron en el Bel Espoir se encuentra Bertha El Hajj, joven embajadora de la paz del Líbano, involucrada en el proyecto MediterraNEW, que trabaja por la educación de jóvenes en el Mediterráneo, principalmente migrantes.
Al final del viaje, Bertha relató su experiencia a bordo en un informe titulado «En el mismo barco: un viaje hacia la paz». Seleccionamos algunos apartes e insertamos al final de nuestro artículo un enlace donde pueden leer el texto completo de Bertha.
“Hace unas semanas —comienza— participé en el proyecto MED25, un barco escuela para la paz. Éramos 20 jóvenes de todo el Mediterráneo, del norte, del sur, del este y del oeste, a bordo de un barco llamado «Bel Espoir»”.

Importante y hermoso, pero no fácil
“No fue solo un viaje, fue un viaje a través de las vidas, mentes y culturas de otros. Vivir en un barco con tanta gente diferente fue hermoso, pero no siempre fácil. Todos los días teníamos que compartir responsabilidades: cocinar, servir comidas, limpiar, lavar platos. Nos movíamos por equipos, así que todos experimentábamos el ritmo completo de la vida a bordo. Ojalá pudiera decir que al final todo se volvió natural, pero en realidad fue más difícil de lo esperado. Empiezas a comprender cuánto trabajo en equipo se necesita, literalmente, para avanzar. Estábamos allí para hablar, para hablar de verdad. No eran discusiones teóricas. Eran profundamente personales. Compartimos nuestros puntos de vista y a veces chocamos. A veces las discusiones se acaloraban. Hubo momentos de frustración. Algunas conversaciones se convirtieron en verdaderas discusiones”.
El Valor del Conocimiento en el Bel Espoir
“Pero la verdad es que en un barco no puedes simplemente irte. No puedes volver a casa y dormir. Vivimos juntos. Comemos juntos. Navegamos juntos. Literalmente, estábamos en el mismo barco. Eso lo cambia todo. Hace que sea imposible seguir enojados por mucho tiempo. Tuvimos que hablarlo. Tuvimos que escucharnos, y a veces tuvimos que admitir nuestros errores. Eso, para mí, fue lo más impactante de esta experiencia. Aprendí que la mayoría de los conflictos entre personas o países no provienen del odio. Provienen de la falta de conocimiento. De los estereotipos. De la desinformación. Y así como nos conocimos en ese barco, también puede hacerlo el mundo. Si pudimos superar años de malentendidos en tan solo dos semanas juntos, imaginen lo que sería posible si la gente estuviera realmente dispuesta a escucharse”.
Puntos en común en Bel Espoir
“Lo que más me impactó fue que, a pesar de todas nuestras diferencias, teníamos tanto en común. Nos reíamos mucho. Bailábamos. Nos mareábamos juntos. Incluso tuvimos la oportunidad de ayunar juntos, ya que era tiempo de Cuaresma y Ramadán. Creamos arte, leímos, bromeamos, rezamos en muchos idiomas diferentes al mismo tiempo, descubrimos religiones como el cristianismo, el islam, el hinduismo y el judaísmo, dormimos al aire libre y compartimos momentos de silencio y momentos sagrados. Y a través de todo esto, comprendí que la paz no es algo lejano ni inalcanzable. Es algo muy humano. Es confuso y requiere esfuerzo. Pero es posible.”
El placer del cambio
“Regresé transformada. No porque crea que ahora hemos resuelto todos nuestros problemas, sino porque ahora creo que la paz no es un sueño, es una elección. Una elección que realmente comienza con ver y escuchar al otro. Y si 20 desconocidos lograron hacerlo en un barco en medio del mar, entonces también hay esperanza para el resto del mundo”.
Las palabras de Bertha están llenas de valor y expresan bien el sentido de la experiencia vivida en el Bel Espoir: la goleta de tres mástiles que conoce las diferentes caras del Mediterráneo y que se hizo realidad tras los Encuentros Mediterráneos celebrados primero en Bari (2020) y luego en Florencia (2022), Marsella (2023) y Tirana (2024). El gran viaje del Bel Espoir finalizará en Marsella el 26 de octubre.
A continuación, encontrará un enlace útil para obtener más información sobre el proyecto y leer el texto completo de Bertha.