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De tres jóvenes africanos, pasta fresca y hostias para la Misa

 
30 mayo 2023   |   , ,
 
Por Amanda Cima

Se inauguró la fábrica de pasta “SAM” en Mongone, en la Provincia de Cosenza. Resultado del proyecto “Construir un sistema más allá de la acogida” que actuó como incubadora de empresa.

Tres emprendedores muy jóvenes – Sadia Diaby, 23 años, Adama Traore, 23 años, ambos de Senegal, Madi Minougouy, de 22 años, de Costa de Marfil- inauguraron su fábrica de pasta el sábado 22 de abril en Mangone (CS): de hecho, juntos fundaron la cooperativa SAM (por las iniciales de sus nombres), una empresa para la producción de pasta fresca y hostias -estas últimas con la marca “PARTICULA-pan para la Misa”.  Cosa que, por lo menos podría decirse curiosa, ya que los tres son musulmanes, pero es más un signo de integración y deseo de diálogo incluso entre diferentes religiones.

El nacimiento de la cooperativa fue impulsado por el proyecto “Construir sistema más allá de la acogida”, sostenida por la Fundación con el Sur, de las cooperativas Fo.Co., de Chiaramonte Gulfi (RG) y Mi.Fa., de Cosenza, Amu (Acción Mundo Unido) y AFM (Asociación Acción Familias Nuevas). Hoy Sadia, Adama y Madi elaboran y comercializan su producto que ya es apreciado por muchas familias, restaurantes y puntos de venta.

La cinta inaugural fue cortada por Adama Traore, presidente de la cooperativa, junto con Sadia Diaby, Madi Monougouy, el alcalde, Orazio Berardi, el párroco de Piano Lago, padre Franco Staffa. También estaban presentes el alcalde de Rogliano, Giovani Altomare, el presidente del Consejo, Antonio Simarco y la alcaldesa de San Stefano de Rogliano, Lucía Nicoletti. También llegó el saludo del Imán Mokhtar Dramé a los tres jóvenes emprendedores.

El proyecto de la fábrica de pasta SAM parte de lejos. Sadia, Madi y Adama llegaron a Italia, hace cinco años, siendo menores de edad. Eran jóvenes y con grandes sueños guardados: habían desafiado el mar y los peligros y desembarcaron en Calabria, en Origliano. Fueron huéspedes en el Sistema de Acogida e Integración (SAI) de Rogliano “Casa Ismael”, gestionado por las cooperativas Fo.Co. y Mi.Fa. y de AFN.

Hace dos años se dio el vuelco. Después de haber aprendido el idioma y un oficio, eligieron ser fabricantes de pasta, frecuentando un curso. El proyecto “Construir un sistema más allá de la acogida” actuó como una incubadora de negocios: fueron seguidos y acompañados. En los últimos años, enfrentaron diversas trabas burocráticas que frenaron su avance. Hoy el sueño se hizo realidad.

«Estamos felices de haber realizado nuestro sueño y poder hacerlo aquí, en Calabria, en la tierra que nos acogió. Hoy finamente el sueño de nuestro futuro se ha hecho realidad. -dijo Madi Minougouy– Nuestro producto ha gustado a todos los que lo han probado. Hemos apostado todo por la calidad. Invitamos a todos a que vengan a degustarlo».

«La fábrica de pasta artesanal SAM nació gracias al proyecto “Construyendo un sistema más allá de la acogida” -explica Salvatore Brullo, director general de Fo.Co.– Aquí en Rogliano se ha trabajado en la formación e inclusión profesional. Quisiera evidenciar un dato: este no es un proyecto de buena acogida, no es una experiencia de buena integración, sino que es un inicio de empresa. Estos muchachos dan su contribución a la sociedad iniciando una actividad productiva, generando ganancias, generando riqueza social, pagando los impuestos, contribuciones, los arriendos. Es una realidad altamente innovadora, nacida de una necesidad: nosotros la respaldamos, pero estos jóvenes la llevan delante de manera excelente».

«Esta es una experiencia muy hermosa de colaboración entre diferentes realidades, diferentes asociaciones -comenta Gaetano Gabriele, presidente de la cooperativa Mi.Fa.- Recuerdo todavía el día en que, cinco años atrás, fuimos a recibir a estos muchachos a Corigliano. Acababan de desembarcar y eran menores de edad. Luego fueron confiados a Casa Ismael, donde crecieron y se formaron. Entonces llegó la oportunidad de proponer este proyecto empresarial. Al principio, participaron tanto estudiantes italianos como extranjeros. Después quedaron solo ellos. Nos llamó la atención su decisión de producir hostias junto con la pasta. Nos dijeron: “Queremos producir pan para la Misa de nuestros hermanos cristianos”».

«Cuando conocí a Adama, Madi y Sadia -explica Giovani Calabrese, responsable del proyecto “Construir un sistema más allá de la acogida”- me llamó la atención su deseo de arriesgar, de hacer realidad un sueño, sin darse por vencidos ni desanimarse. Alrededor de este proyecto ha habido una gran red de colaboración, de particulares y empresas. Entre ellos, el Molino Casillo de Corato, en Puglia que, a través de la Fundación Casillo, ha dado una importante contribución para la construcción de la fábrica de pasta, donando 1000 kilos de harina para la fase de puesta en marcha. Pero el mayor aporte vino de estos tres jóvenes, que creyeron en el proyecto y lo dieron todo. Creyeron en ello y, a pesar de las trabas burocráticas, consiguieron su objetivo. Y ahora muchos han comprado este producto, que es muy bueno y muy apreciado».

Aquí el video de la inauguración y las entrevistas.

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