Comunicación y medios

“El cine desmonta prejuicios”: MedFilm Festival como instrumento de transformación

by Edoardo Zaccagnini

“El cine desmonta prejuicios”: MedFilm Festival como instrumento de transformación
MedFilm Festival

«¿Cómo se puede no temer a alguien? Solo conociéndolo». La fundadora del MedFilm Festival, Ginella Vocca, explica cómo el cine de calidad es un instrumento desarmante para el diálogo, la interculturalidad y la transformación social, construyendo unidad en el Mediterráneo.

Existe un festival de cine dedicado al Mediterráneo, un festival centrado en el diálogo y en la relación entre las valiosas diversidades de este antiguo mar lleno de historias y culturas. Se llama MedFilm Festival, se celebra en Roma y lleva existiendo, con éxito, 31 años. Por eso, al hablar con Ginella Vocca, su creadora, fundadora y directora, empezamos por el principio.

Ginella Vocca - MedFilm Festival
Ginella Vocca – MedFilm Festival

¿Cómo nació la idea de un festival que abrazara todo el Mediterráneo?

Nació de un sentimiento de atención y gratitud hacia las culturas de África que descubrí, de niña, gracias al trabajo de mi padre en países como Libia y Nigeria. Al ir a visitarlo cuando terminaba el colegio, empecé a enamorarme de una música, un audiovisual y un arte que, al volver a Italia, no encontraba. Con el tiempo, empecé a preguntarme por qué África, en particular el norte del continente, no estaba representada en los circuitos oficiales. De ahí surgió la idea de un festival que llenase ese vacío, esa ausencia.

¿Cuán importante es hoy la existencia de un festival como el Med, con su capacidad para contribuir a la construcción de una especie de conciencia unitaria de este mar extraordinario, sin dejar de respetar y valorar las diferentes culturas?

Para nosotros es imprescindible, porque necesitamos testimonios directos del talento de los países de la zona. Por desgracia, del Mediterráneo se habla a menudo como si fuera un todo homogéneo, cuando en realidad es un espacio extraordinariamente diverso, con temas comunes sobre los que resulta fundamental construir una identidad compartida y nuevas perspectivas de paz y prosperidad.

Para ese Mediterráneo tan rico en tesoros…

El Mediterráneo es un mundo extraordinariamente rico, tanto en materias primas como en cultura. Quizá por eso es tan disputado y dramáticamente atravesado por terribles acontecimientos. La cultura es una puerta que permanece siempre abierta, incluso cuando las de la diplomacia y la política se cierran de mala manera. La cultura traspasa fronteras y es difícil de contener. Por eso es tan importante dar voz, espacio y visibilidad a los talentos de la zona del Mediterráneo, que son muchos, tanto en el respeto a la tradición como en la innovación. Incluidos los jóvenes autores e incluso los estudiantes de lo audiovisual, a quienes el Med sigue a través del proyecto Metexis.

MedFilm Festival
MedFilm Festival

¿En qué medida puede ser el MEd un instrumento para el diálogo y la interculturalidad?

El MedFilm no “se presta”, sino que quiere ser una herramienta para el diálogo y el conocimiento de las culturas, para la interculturalidad, para la supervivencia de las diversidades culturales que, al igual que las biológicas, son indispensables para la supervivencia de la especie. Por tanto, es fundamental conocer, observar y escuchar de manera directa las culturas de los pueblos que hacen rica y única la región mediterránea.

Si decimos que el Med es un instrumento para la paz, ¿qué opina usted al respecto?

El primer paso para abrirse al otro es no temerlo. Y, ¿cómo se puede no temer a alguien? Solo conociéndolo. Así que el cine y la cultura en general son la manera más bella, libre y sincera de conocer a un pueblo. Por lo tanto, sí, el Med es un vehículo de paz desde siempre, también en su propia estructura: en su seno conviven realidades institucionales y diplomáticas que a menudo son difíciles de conciliar, y,  —pese a la presencia de instituciones fuertes y representantes diplomáticos de sus países— se sienten totalmente libres para expresarse. Todo esto no es fácil de gestionar, pero llevamos 31 años lográndolo con bastante éxito, porque nos anima el objetivo de escuchar, conocer y dialogar.

El Med sabe adentrarse en los pliegues e la complejidad del Mediterráneo, incluso de la más dramática. No convierte este mar en una postal.

No, no convierte este mar en una simple postal, aunque siga siendo irresistiblemente bello, incluso en sus representaciones más dramáticas, gracias a su luz y sus colores: desde el azul del mar hasta el rojo de la tierra. También por su arquitectura: pienso en gaza, una de las ciudades y puertos más antiguos del Mediterráneo, cuyas construcciones, por desgracia, ya no existen porque han sido destruidas. También hay lugares en Libia completamente arrasados; las grandes estatuas de Buda. Lugares en Irán, en Irak. En los últimos treinta años han ocurrido cosas horribles que tienden a borrar la memoria. El cine nos ayuda también gracias a su capacidad para dar testimonio de la belleza de los lugares.

"Bimo" - MedFilm Festival
«Bimo» – MedFilm Festival

La destrucción se puede ver, por ejemplo, en la película Nezouh, El agujero en el cielo, una obra siria de hace unos años que pasó por el Med. ¿Cuán importante es devolver esta complejidad dramática, desde un punto de vista histórico, para que el diálogo sobre el Mediterráneo sea eficaz?

Nezouh, el agujero en el cielo (puedes leer nuestra reseña aquí) la presentamos en primicia en Italia, y tenemos una relación maravillosa con su directora, Soudade Kaadan. Una amiga del Med, una artista extraordinaria y visionaria. Su película es especial porque cuenta una historia absurda para quienes vivimos en paz, como nosotros: la de una casa a la que le van destruyendo las ventanas y los muros hasta crear un agujero que deja ver el cielo. La protagonista pasará a través de ese hueco para iniciar una nueva vida, cuyo desenlace no es revelado en la película. La directora ha logrado convertir una situación tremendamente dramática en una especie de comedia humana, porque así es el ser humano: capaz de atravesar el abismo y salir de él con las ganas de vivir y construir aun intactas.  

El cine es un lenguaje universal capaz de cruzar fronteras. A lo largo de esta amplia experiencia, ¿en qué medida lo han comprobado a lo largo de su dilatada experiencia? ¿En qué medida son ahora más conscientes de que el cine es una herramienta desarmante?

El cine es un instrumento desarmante, —al menos el cine de calidad— capaz de abordar temas universales, importantes para cualquier ser humano, ya que desmonta prejuicios. Pero es desarmante en el momento en el que logra visibilidad ante el público. Lo que sí podemos decir, y nos halaga mucho, es que los espectadores, tras pasar por el Med, cuentan que han sentido un sabor tan intenso que, cuando vuelven a las salas para ver otras propuestas, las encuentran insípidas, banales.

¿Qué os dicen estas sensaciones de los espectadores?

Que a menudo las distribuidoras oficiales no ayudan ese tipo de cine — muy válido desde el punto de vista técnico— que no te deja indiferente, sino que te aporta algo que germina en tu interior hasta madurar en una nueva conciencia. En Italia, falta un poco de atención hacia ese cine que sabe salirse de las reglas comerciales. Nosotros seguimos adelante en nuestra dirección y también trabajamos por eso.

"Calle Malaga" - MedFilm Festival
«Calle Malaga» – MedFilm Festival

Dentro del Med podemos encontrar el proyecto Costruttori di dialogo. ¿De qué se trata exactamente? ¿Cómo se integra en la estructura y en la filosofía del festival?

Ocurre todo dentro de la propia estructura del festival, que pone en diálogo instituciones nacionales e internacionales, sedes diplomáticas en Italia y en el extranjero, artistas entre sí y con las instituciones. Lo alto y lo bajo, el Sur, el Este, el Norte y el Oeste. Todo dialoga dentro del festival, porque todo forma parte de un diseño armónico interno. Incluidos los reclusos de la cárcel de Rebibbia, que participan como jurado en el proyecto Metexis. Así como los distintos sectores industriales del área mediterránea que son recibidos en Roma durante el festival. O los profesionales del sector (entre ellos directores y productores) provenientes de las cuatro esquinas del Mediterráneo, que durante el Med Meeting se encuentran para desarrollar sinergias y colaboraciones, intentando crear nuevas obras en cooperación. Todo dialoga en el Med.

¿Cómo elegís las películas?

El Med es una máquina compleja que dispone de pocos fondos. Quienes trabajan en él lo hacen con una enorme motivación. El comité de selección está formado por seis personas, todas expertísimas en el cine del Mediterráneo, cada una dentro de su especialidad: unos en cine iraní, otros en cine egipcio, otros en cine libanés. Cada uno hace sus propuestas, pero también abrimos una convocatoria en la plataforma Freeway, a través de la cual se pueden presentar las películas para cada edición del Med. De las aproximadamente 700/800 que se inscriben, se selecciona lo mejor para cada edición, alrededor del 10%.

El papa León XIV ha definido recientemente a los cineastas como «peregrinos de la imaginación, narradores de esperanza, mensajeros de humanidad». Y ha citado el mensaje a los artistas de Pablo VI: «Este mundo necesita belleza para no caer en la desesperación». De ahí la invitación a «hacer del cine un arte del Espíritu», capaz de «educar la mirada» y de «no huir del misterio de la fragilidad». «El gran cine —explico— no explota el dolor, lo acompaña, lo investiga. Dar voz a los sentimientos complejos es un acto de amor». ¿Hasta qué punto está de acuerdo con estas palabras?

Estoy totalmente de acuerdo con cada parte del discurso del papa León XIV, sobre todo desde la perspectiva de quienes hacemos este trabajo de investigación y difusión cultural (esa es la misión del festival). Es cierto que este mundo necesita belleza para no hundirse en la desesperación, y, sin duda, el cine es el arte del Espíritu, como todas las artes. Además, el cine es un arte popular que llega a millones de personas, por lo que tiene un poder enorme para educar la mirada y ayudarnos a no huir del misterio de la fragilidad humana. Es precioso también el tema de no explotar el dolor, sino acompañarlo, investigarlo, dando voz a los protagonistas. En varias ocasiones, también este año, he podido reconocer la esperanza en la energía del director palestino Kamal Aljafari. Cuando el arte es sincero y puro, puede contar los dramas más terribles, pero lo hace siempre, como decíamos, dejando un rastro de esperanza.