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Correr hasta el último aliento: el evento del Centro Deportivo Italiano

 
27 junio 2025   |   Italia, deporte,
 

El CSI cumplió 80 años en 2024 y es una de las organizaciones italianas más activas en la promoción del deporte, que también es una oportunidad de encuentro y una mirada al mundo que habla de paz, solidaridad y fraternidad.

¡Ochenta años y no se siente! Así podríamos definir las velas que el Centro Deportivo Italiano (CSI) sopló el año pasado para celebrar ocho décadas de vida al servicio del deporte inclusivo y solidario. Su fundación se remonta a 1944, pero sus raíces se van aún más atrás, hace más de cien años, cuando en Italia existía una federación de asociaciones deportivas católicas, pero el deporte aún era un fenómeno para unos pocos.

Luego, con el paso del tiempo, y especialmente con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, se puso de manifiesto la necesidad de una educación integral que tuviera en el deporte una herramienta para el crecimiento humano, el diálogo y la relación para todos. Así fue como el 5 de enero de 1944, en vísperas de la liberación de Roma de las tropas alemanas, la dirección general de la Acción Católica aprobó la propuesta de Luigi Gedda (1902-2000), profesor de genética médica y expresidente de la Acción Católica, de emprender la creación de un organismo especializado en deportes, llamado Centro Sportivo Italiano (CSI). El principio fundamental en el que se basa la asociación es simple: el CSI está promovido por cristianos, pero está abierto a todos y colabora con quienes están comprometidos con un deporte al servicio del hombre, la mujer y el bien común.

El deporte como herramienta para el renacimiento tras la guerra

El CSI dio sus primeros pasos en una Italia aún dividida en dos, que debía ser reconstruida por completo tras la guerra. Incluso las instalaciones deportivas mostraban signos de la guerra recién terminada, y era cada vez más urgente proporcionar herramientas de valentía para volver a creer y esperar un futuro mejor: el deporte fue uno de estos medios, y lo sigue siendo hoy, en un momento en que la práctica deportiva se ha convertido en un fenómeno de masas.

Hoy, el CSI, con su red de más de 13.000 clubes deportivos en la zona, promueve el deporte como un espacio de educación, crecimiento y agregación social al servicio de las personas y del territorio, respondiendo a una demanda de deporte no solo numérica, sino también cualificada a nivel cultural, humano y social. Los jóvenes han sido siempre su principal punto de referencia, aunque las actividades deportivas promovidas se dirigen a todas las franjas de edad, ayudando a prevenir algunas patologías sociales particulares como la soledad, los miedos, las preocupaciones, las dudas, las desviaciones de los más jóvenes, permitiendo a cada deportista descubrir lo mejor de sí mismo, aprender a conocer el propio cuerpo, a valorizarlo, a apreciarlo.

El valor del deporte para la paz y la justicia social

Y la mirada no se detuvo en Italia, sino que miró un poco más allá, gracias al proyecto CSI Para el Mundo, que busca apoyar la práctica deportiva en aquellos países del mundo donde la guerra y la pobreza destrozan cualquier sueño y amenazan con anular cualquier esfuerzo, devolviendo a los jóvenes y sus comunidades el derecho al deporte, que es una diversión, pero también una oportunidad para la paz y el desarrollo. Los proyectos en este sentido son innumerables e involucran a comunidades de Camerún, Zambia, Madagascar, Burundi, Etiopía, Perú y Bangladesh. En estos países, de acuerdo con las solicitudes de las diversas comunidades y con el apoyo de organizaciones misioneras, ONG e instituciones locales, CSI para el Mundo promueve cursos de formación para entrenadores, directivos y educadores deportivos, árbitros, animación deportiva para jóvenes, eventos deportivos con fines educativos y actividades en prisiones, garantizando así una experiencia única y enriquecedora para sus voluntarios.

También existen “padrinazgos” activos entre los clubes deportivos italianos afiliados y parroquias, pueblos y diócesis de la periferia mundial: proyectos concretos que prevén, como primera acción, un encuentro entre los responsables de los clubes deportivos y las entidades identificadas mediante un viaje de formación a diversos países.

Enrico Mastella, por su parte, lleva años trabajando como voluntario en la cárcel de Vicenza, Italia, donde desde 1999 es responsable del Proyecto Cárcel Deporte Juntos. Se trata de una iniciativa que promueve actividades deportivas en las cárceles como herramienta de reeducación y reinserción social de los reclusos. La iniciativa también involucra a policías penitenciarios, magistrados, ciudadanos y voluntarios, creando una oportunidad de encuentro y redención. Un compromiso constante y casi diario, gracias al cual Enrico, en los últimos años, ha puesto en contacto a más de 14.000 estudiantes y 400 escuelas de Vicenza y sus alrededores con el duro mundo de los presos, gracias, obviamente, al apoyo de la dirección, los trabajadores penitenciarios, las escuelas y el profesorado.

Y gracias también a la sensibilidad humana que ponen a disposición de los estudiantes y profesores visitantes, algunos detenidos, tras la dolorosa consciencia de sus errores, desean transmitir el “sentido, o mejor dicho, el sinsentido”, de sus comportamientos pasados, y con esta transmisión de experiencias y sensaciones dolorosas, dan un paso adelante en su recuperación como ciudadanos.

Y habría muchas aventuras que contar en estos ochenta años, durante los cuales, según la mayoría, parece que el CSI ha emprendido una carrera hasta el último aliento que realmente no quiere dejar a nadie atrás.


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