En 1978, pocos meses después de la muerte del profesor Giorgio La Pira, el arzobispo de Florencia, el Card. Giovanni Benelli constató la soledad, la desorientación, las dificultades concretas de los numerosos universitarios extranjeros presentes en la ciudad, en particular – como se decía entonces – de los que venían de los países en desarrollo. Quería dar vida, entonces, a un Centro Internacional dedicado a Giorgio La Pira – ex alcalde de la ciudad y gran hombre de paz – proporcionando algunos hermosos lugares en el casco antiguo.

El Centro se convirtió inmediatamente en un lugar de acogida fraternal, de encuentro y de diálogo entre quienes llegaban a Florencia desde muchas partes del mundo y eran diferentes en sus costumbres, cultura o religión.

En esta acción, se recuperó el camino virtuoso del Humanismo florentino, tratando de vivir el alma cristiana de Florencia, ofreciendo una pequeña puerta abierta sobre una Europa dispuesta a dar, pero también a recibir, a aprender de todos.

Para la animación y la gestión de esta nueva obra, que debería haber involucrado a toda la Diócesis con el Voluntariado, el Cardenal Benelli pidió ayuda a Chiara Lubich y a los miembros del Movimiento de los Focolares, que respondieron inmediatamente con entusiasmo. Desde entonces el Centro ha cambiado y crecido, proponiendo diversas actividades formativas y culturales, llevando a cabo un servicio social muy apreciado porque está atento a la dignidad de la persona.

El sueño que lo anima, sin embargo, sigue siendo el mismo: es el Sueño del Evangelio, el Ideal de la fraternidad universal, el sueño de la Paz… que tiene ante sí el objetivo del Mundo Unido.

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Centro La Pira

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