Un proyecto italiano reinventa la educación: lecciones al aire libre, caminatas y aprendizaje experimental para adolescente que recorren el país a pie durante un año escolar.

“Strade Maestre” es un proyecto joven, en desarrollo, pero muy interesante. Conecta la escuela con la caminata, el viaje, la ecología y la actividad física. Durante un año, un grupo de jóvenes vive una experiencia escolar especial: fuera del aula y en las clases presenciales. Niccolò Gori Sassoli, uno de los fundadores, nos lo cuenta todo.

¿Cómo surgió la idea de Strade Maestre?

Del encuentro, en 2021, entre cinco personas que trabajan en la encrucijada entre el mundo de la marcha y el de la educación, en las intersecciones entre el senderismo y el conocimiento del territorio, la educación ambiental y la innovación social, la enseñanza y la terapia de montaña, los caminos judiciales, las escuelas de vanguardia. Además de mí, que trabajo en el sector de la comunicación asociativa, están Marcello Paolocci, Marco Saverio Loperfido (guías ambientales y de senderismo), Roberta Cortella (docente y documentalista) y Emilio Ruffolo (psicoterapeuta).

Roberta y Marco habían trabajado juntos (la primera como directora y el segundo como guía) en la docuserie Boez (2019, en Raiplay): tres meses a lo largo de la Vía Francigena para un recorrido de rehabilitación dedicado a menores que han cometido delitos.

Marco, que es amigo mío, y Marcello, mientras conversaban, se preguntaban si un proyecto como este podría aplicarse a nivel educativo/escolar. Me contactó mientras estaba en Francia con mi esposa y mis hijas (que entonces tenían 7 y 10 años) en un viaje de un año escolar desde Calabria a Andalucía.

¿Cómo reaccionaste?

Con entusiasmo, e involucrando a Emilio Ruffolo, psicólogo, experto en pedagogía y educación, a quien conocí precisamente en aquel viaje, cuya primera parada fue en Rende, Calabria, en la escuela al aire libre Castalia, fundada por él y su esposa.

Quinteto completado. ¿Entonces?

Creamos la cooperativa social CamminaMenti: la herramienta administrativa y de gestión para dar cuerpo a la idea. En septiembre de 2024 nos embarcamos en esta aventura, de la que soy especialmente responsable de la comunicación, la organización y las relaciones.

¿Cómo elegiste a los chicos?

Con una especie de anuncio alimentado por el boca a boca. A partir de conversaciones online con familias interesadas, se formó un grupo de ocho niños. Para el próximo año hemos recibido más de cien solicitudes y esperamos formar dos clases de unos diez jóvenes. Esperamos encontrar los recursos económicos para que los jóvenes puedan salir independientemente de las condiciones económicas de su familia. Para el futuro esperamos que la experiencia se repita, incluso fuera de Italia.

¿Cómo esta experiencia es ecológica?

Ser ecológico significa comprender que la humanidad no es independiente del resto de la naturaleza. Que vivimos en un sistema complejo, un ecosistema al que estamos vinculados por relaciones dinámicas de interdependencia, que requieren cuidado, equilibrio entre dar y recibir. Durante mucho tiempo dejamos de recordarlo. Ahora somos más conscientes de las consecuencias de esta falta.

¿Qué importancia tiene la palabra «camino» para Strade Maestre?

Caminar reactiva nuestra esencia, nos hace reflexionar sobre nuestra inteligencia, nuestros sentimientos, nuestro cuerpo e incluso nuestra dimensión espiritual. El concepto del viaje es central en el proyecto, como lo es el de formar parte de un grupo y buscar la esencialidad y la profundidad combinadas con la ligereza. Realizar un largo viaje te hace tomar conciencia de tus necesidades reales: de lo que necesitas llevar sobre tus hombros, de cómo gestionar tus energías, tus equilibrios, de conocernos mejor – piernas, ojos, mente, corazón, relaciones –respecto al mundo que encontramos en el camino.

¿Y cómo se relaciona todo esto con la escuela?

Ir a la escuela en camino permite romper con los patrones que la escuela suele imponer: la lección frontal en un aula cerrada, las campanas, la fragmentación entre asignaturas. Viajar te permite conectar los conocimientos que adquieres con los lugares por los que pasas y tu vida cotidiana: desde la compra de alimentos hasta la relación con tu anfitrión. Durante el viaje se comprenden en interacción la historia, la geografía, la literatura y la ciencia: en Pompeya se puede hablar de vulcanología y de historia romana. Este año los niños han ido al Etna y a los lugares de Pirandello en Sicilia, a los de Dante en Florencia (aquí está el mapa del recorrido del primer año escolar en camino). Estar en el mundo abre a experiencias prácticas continuas y a trabajar la autonomía y el grupo. Enseña reciprocidad en una época altamente individualista. Ser parte de un ecosistema en sentido integral, social, humano.

Strade Maestre_Blog – 150. Rafting sul fiume Ombrone¿Cuál es la relación entre naturaleza y cultura en el recorrido?

No separado, como no lo están en la vida. Nuestra cultura proviene de la naturaleza. De ahí el trabajo de interdisciplinariedad, recordando que no somos dueños de la naturaleza, sino custodios y custodiados.

También nos lo recuerda la Laudato Si’.

Nos sentimos cercanos a los mensajes del Papa Francisco y de otras espiritualidades. Y con la ciencia misma, que es comprender la importancia de ciertas interconexiones. Caminar promueve la trascendencia: en un bosque es más fácil que en una caja de cemento.

¿Cómo se eligen los profesores?

En este primer año, son tres de los cinco fundadores del proyecto. Con la atención de los medios de comunicación y del mundo de la educación, hemos tenido decenas de peticiones de profesores, educadores, scouts: quieren irse con nosotros u organizar encuentros. En este primer año ya hemos realizado varios con estas personas, y en el futuro nos gustaría compartir estos contactos de forma generativa, quizás creando un mapa abierto. Con la cooperativa CamminaMenti trabajamos para construir una red de profesores, guías, educadores, asociaciones y lugares de estancia que, en diferentes niveles, puedan hacer crecer la propuesta de Strade Maestre. Estamos abiertos a escuchar. En nuestra web hay una sección dedicada a personas que quieran postularse como profesores-guías. En tan sólo unos meses, más de 150 personas se han puesto en contacto con nosotros. Estamos trabajando con algunos de ellos para planificar el próximo año de Strade Maestre y otros proyectos de educación en camino. Lamentablemente no podemos responder a todos, ya que somos una empresa pequeña y joven. Esperamos que las redes de las que formamos parte acojan este entusiasmo.

Buscando otras relaciones fructíferas.

Estamos abiertos a colaboraciones, ponemos nuestra experiencia a disposición en una perspectiva de código abierto. Trabajamos con varias agencias educativas: fundaciones y asociaciones activas a nivel nacional como el CAI, el Club Alpino Italiano, AIGAE (Asociación de guías de senderismo ambiental), AGESCI (Asociación de Guías y Scouts Católicos Italianos), INDIRE (Instituto Nacional para la documentación y la innovación de la investigación educativa en las escuelas italianas, que forma parte del Ministerio de Educación italiano).

¿Cuál es la edad de sus estudiantes para este año y el próximo año?

Son chicos de los tres últimos años de secundaria, de entre 16 y 18 años.

¿Es para ellos lo mismo que un año escolar normal?

En esta especie de “año cero” los chicos se encuentran en un estado de educación parental: sus padres asumen la responsabilidad de educarlos y de hecho la delegan en la cooperativa. Al final del año realizarán un examen privado con un programa acordado con sus centros de origen. A medio plazo, nos gustaría que el año en camino se equiparase a un año de estudios en el extranjero. A largo plazo, esperamos que también los docentes que trabajan en el sistema educativo público italiano puedan “despegarse” para realizar un año de servicio en camino, como sucede por ejemplo con aquellos que trabajan en prisiones u hospitales.

¿Es posible que durante el viaje se añadan otros encuentros y lugares a los programados?

Por supuesto, el programa está en evolución: tomamos contacto con lugares y personas y planificamos experiencias y encuentros a realizar pero estamos abiertos a cambios. La ruta alterna días de caminata y cambio de lugar cada tarde con períodos de permanencia. Hay un guion, un mapa con la acogida (de asociaciones, parroquias, escuelas, pro-loco, municipios) pero puede suceder que una noche el grupo tenga que cambiar el programa. Lo mismo ocurre con la enseñanza: en este periodo en el que se acercan los exámenes, los chicos se concentran en el estudio en el sentido clásico, en los libros, frente a fases en las que teníamos reuniones casi todos los días en los territorios recorridos.

¿Cómo se desarrollan las clases?

Las clases de las principales asignaturas se desarrollan de forma presencial, con los profesores-guías que acompañan al grupo en el recorrido, cada uno con su propio ámbito de enseñanza. Luego están algunos profesores-guías de algunas asignaturas específicas, que desempeñan su función de tutores, principalmente de forma remota, en línea, dado que los participantes siguen diferentes trayectorias: bachillerato científico, bachillerato lingüístico, bachillerato artístico, ciencias humanas, instituto agrario.

Todo me parece muy interesante, pero también fatigoso.

Ciertamente lo es: vivir juntos durante mucho tiempo en un grupo pequeño, a veces en condiciones austeras, no es fácil. Pero hay libertad, para los niños y para los guías, de buscar su propio espacio. También si se quiere suspender el viaje por unos días y regresar a casa. Ocurrió, sucedió que sus padres vinieron a visitarlos, o que pasamos por sus casas. Hay flexibilidad.

Leí en su página web: “Nadie educa a nadie, nadie se educa solo, los hombres se educan juntos, con la mediación del mundo”. ¿Quieres ampliar esta frase?

Es una frase del pedagogo Paulo Freire. Significa que vivimos en relación con los demás, en el mundo. Depende de cada uno de nosotros, a través de nuestra propia voluntad e interacciones, encontrar la manera de educarnos. En el camino, el recorrido educativo concierne tanto a los jóvenes como a los adultos acompañantes, quienes tienen también una gran oportunidad de crecer, además de la responsabilidad de guiar a los más jóvenes.

¿Las mejores lecciones de este primer año?

Hay muchas, según el grupo en camino. He vivido algunas, estando involucrado mayormente en la organización remota y participando sólo esporádicamente en el viaje. Me gustaría destacar la variedad de experiencias vividas y la riqueza de sus contrastes: desde el comedor social de Cáritas de Matera hasta las noches en el hotel Palazzo Caracciolo de Nápoles, donde el propietario, al enterarse del proyecto, invitó a los chicos a alojarse. Desde refugios en los Apeninos y pensiones en pequeños pueblos hasta casas de amigos y conocidos en grandes ciudades.

¿“Strade Maestre” es un proyecto único o existen otros similares dentro de CamminaMenti?

Estamos trabajando en propuestas de caminos más cortos, de tres meses de duración, para jóvenes que no tienen que ir a la escuela durante un año pero que quieren orientarse en la vida, quizás después de la graduación o en un período de incertidumbre, para conocerse a sí mismos y al mundo desde un nuevo punto de vista, a pie, con una mochila.